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Noticias > | Mario Ibarburu recuerda a Hugo Longa: Se fue joven y no volvió hasta el año 1983,cuando participa del Concurso de la Bienal

Hace pocos días se cumplieron 87 años del nacimiento de Hugo Longa, un artista salteño «reconocido por su iconografía fuerte y cromatismo excepcional». En ediciones anteriores compartimos una nota al respecto pero nos interesaba también saber más datos, sobre todo de su vida, y por eso recurrimos a algunas personas que lo conocieron. Presentamos la entrevista realizada a Mario Ibarburu, quien gentilmente accedió a conversar con nosotros sobre diferentes aspectos de la vida del artista y de su proceso creativo.

«Hugo nació en Guaviyú de Arapey, el abuelo tenía un boliche de ramos generales en esa zona. Su padre Felipe era casado con una señora de apellido Motta, yo conocí la familia de ella porque vivía frente a los bomberos, por Florencio Sánchez y una de ellas era funcionario de la UTU. El abuelo de Hugo era masón, y cuando Felipe se vino a Salto le consiguió un trabajo en la Ford, Felipe había comprado una casa grande frente a la Seccional Segunda por calle 19 de Abril, pero cuando Hugo tenía unos 20 años la familia se mudó para Montevideo.
Él había estudiado donde ahora es Formación Docente, en el Taller de Artes Plásticas de la «Asociación Horacio Quiroga», denominado «Pedro Figari» donde impartía clases el maestro húngaro José Cziffery.
En Montevideo vivió con sus padres en avenida Italia casi Comercio, en esa etapa empezó a trabajar en el Banco de Crédito, en la sucursal ubicada frente al monumento al Gaucho, yo lo pasé a ver cuando me fui a estudiar allá, y recuerdo que al mismo tiempo que trabajaba en el banco empezó a estudiar dibujo y pintura con Damiani».

Según explica Mario Ibarburu, Hugo Longa no volvió a Salto hasta el año 83, cuando participa del Concurso de la Bienal, «acá tuvimos la famosa Generación del 48, con una cantidad de personajes que pasaron por el Liceo Ipoll, entre ellos estaban el arquitecto Minutti, Toto Campos, Mario Irazusta, Pocho Casal, Myriam Albisu y Mariví Pirotto, Lalo Fernández, Casimiro Emmenegger… y en esa época se donó a la intendencia el Museo de Bellas Artes, por lo que ellos crearon una asociación, la Cámara Junior, que se dedicó a organizar actividades culturales. Así se les ocurrió hacer una bienal con el apoyo de la intendencia para conseguir cuadros para el museo, porque recién se iniciaba. En el año 83 se hizo la Bienal, Hugo se presentó y la ganó, y esa fue la única vez que vino.
En ese momento lo invitamos con mi esposa Marta Longa, su prima, para que se quedara en casa, yo trabajaba en la intendencia y quedó muy contento de compartir con nosotros, todo Salto lo reconoció por su trabajo y quedó muy contento con eso.
Después lo fui a ver a Montevideo, yo tenía clases en Facultad y esa fue la última vez que lo vi, por el año 87. Por ese entonces había comprado una casa en calle Salto como a él le gustaba, una casa vieja con una gran escalera, en la parte de arriba tenía el taller donde daba clases, tenía plantas de todo tipo color y tamaño… Ahí fue que me dijo que recién en ese momento había empezado a irle bien económicamente, pero bueno, lamentablemente murió en el año 90… cuando estaba en su mejor momento y su trabajo era reconocido».
Mario Ibarburu conserva algunos cuadros de Hugo Longa «una de sus primeras obras, que debe ser del 60 y óleos del 66». «Cuando Leonardo Garet trabajaba en la Colección de Escritores Salteños, me preguntó si tenía algún cuadro que pudiera ser tapa de alguno de los libros, y eligió dos de sus trabajos…», menciona.
También tiene un cuadro de José Echave que compró casi por casualidad «frente a casa había un remate, yo andaba buscando marcos para cuadros, vi uno que me encantó y lo rematé por $100, al otro día, hablando con el rematador, me di cuenta que era una acuarela original de Pepe Echave, una pintura de la toma de agua que está ubicada en Agraciada y Joaquín Suárez…»

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