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Noticias > Recordando a Hugo Longa , 2a entrega| Entrevista a Ana María Zaldúa: «Él fue un gran artista y una gran persona…»

Tratando de recabar algunos datos más sobre la vida del reconocido artista plástico salteño Hugo Longa, entrevistamos en esta oportunidad a alguien que lo conoció «desde siempre». «Cuando yo era chica la familia de Hugo vivía pegado a casa, después ellos se mudaron para enfrente a la Comisaría 2ª, por 19 de Abril, en ese momento yo tendría 6 años», menciona Ana María Zaldúa a SOL Y LUNA, al referirse al vínculo «de toda una vida», que tuvieron ambas familias.

Por aquella época el relacionamiento entre vecinos era de otro tenor, capaz porque en ese entonces la gente no estaba tan pendiente de las redes y del celular y sí de quien tenía al lado, «ellos se fueron a Montevideo en el año 54, y para mí fue horrible, me acuerdo que mi mamá me mandó de vacaciones en enero, a su casa, porque yo había quedado muy triste de que se hubieran ido. Con ellos teníamos un vínculo muy cercano, me tenían como una hija más, y a mí la verdad me afectó mucho que se fueran, entonces, por algunos años, cada verano, iba una semana o dos de vacaciones a su casa. La primera vez que fui, que habrá sido en el año 55, recuerdo que el día antes de venirme, me llevaron a 18 de Julio y compraron regalos para mandarle a mi familia…»

Al momento de irse a estudiar a Montevideo, Ana María Zaldúa, se reencontró con la familia de Hugo Longa, «generalmente los fines de semana me iba por la casa de ellos. Primero yo hice secretariado en las Adoratrices y empecé a trabajar en un estudio jurídico de la Ciudad Vieja, pero veía que aquello no era lo mío, y mi hermana, también dentista, empezó a decirme por qué no seguía odontología. A mí siempre me gustó la ciencia, la medicina, incluso había hecho preparatorio de medicina, entonces me anoté. El primer año que fui a Facultad, estaba en un pensionado en Pocitos, y recuerdo que el día de mi cumpleaños, el padre de Hugo, que era el gerente de la confitería La Mallorquina, me llevó todo un servicio con una torta que decía «Anita te deseamos mucha felicidad», claro que eso fue toda una revolución en el pensionado, imagínense… Por eso los recuerdo como una familia muy generosa y atenta, para los estudiantes no es fácil el cambio, y a veces yo andaba algo deprimida, entonces me tomaba un ómnibus y me bastaba estar un poco con ellos para «revivir un poco»

Por esos años Hugo Longa daba sus primeros pasos como artista plástico en la capital, «Hugo empezó a pintar y la madre le había alquilado un atelier a dos cuadras de la casa, ellos vivían en Rivera y Comercio. Un día ella me invitó a ir hasta allí a verlo, recuerdo que tenía una producción de cuadros impresionante, y me dijo que eligiera los que me gustaran, él ya me había hecho un retrato años atrás, yo elegí algunos y me los regaló, y todavía me pagó un taxi para llevarlos hasta mi casa. Yo vivía por ese entonces cerquita de facultad, recuerdo claramente que la madre me dijo que guardara las obras, porque cuando él fuera famoso las podría vender (sonríe), y no se equivocó, sus obras son muy valoradas hoy en día».
«A veces me preguntaba qué precisaba, porque cuando uno es estudiante por lo general anda con poca plata, entonces, si había vendido algunos cuadros, me compraba un surtido…
Todos ellos me trataban como si fuera una más de la familia, me hacían la comida que me gustaba, es decir, yo la verdad que no tengo palabras para agradecer todo lo que me ayudaron, porque la verdad que fueron buenísimos conmigo.
En esos momentos el mayor ya se había casado con una prima nuestra, y vivía en Rivera, o sea que los que estaban en Montevideo eran los padres y Hugo, y conmigo la verdad fueron fuera de serie, me ayudaron mucho porque yo vivía sola, en la casa que había alquilado mi hermana que se recibió y se vino en el año 67. Yo fui a estudiar en el 66 y me tocó vivir los peores años de la Facultad por la situación que estaba viviendo el país, los cursos en vez de 5 años nos llevaron 7, conocí Montevideo buscando a los pacientes que tenían trabajos a medias para que volvieran, la verdad que fueron años terribles, convulsionados, pero siempre conté con el apoyo de la familia y la amistad de Hugo, él fue un gran artista y una gran persona, es una lástima que nos haya dejado tan joven, fue una gran pérdida para todos».

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