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Noticias > Andréz Martínez: «A «El Alfa» lo recuerdo como un tiempo de mucha efervescencia creativa…»

El artista visual Andréz Martínez se fue de Salto en 2006, estuvo un par de años en Montevideo para instalarse luego en Maldonado, desde hace algunos años está radicado en Buenos Aires, donde hoy trabaja y desarrolla su actividad artística, «en 2013 decidí cruzar el charco y probar suerte acá, que hay mucho más actividad y por supuesto más posibilidades… más lugares para expandirse, para evolucionar como artista. Para mí la gran ciudad es una musa inspiradora, ya que todas las variantes que se han producido en mis producciones más recientes tienen que ver con su influencia, con su ritmo…», expresa en entrevista concedida a este semanario.

Además de su labor y su carrera artística, trabaja en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires hace algunos años, sobre todo en lo que tiene que ver con el montaje y producción de obras. Ha trabajado en el Centro Cultural Kirchner, y en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), así como en diversos centros culturales de Buenos Aires. También se desempeña como diseñador gráfico, su pilar laboral desde que vivía en Montevideo.

-SOL Y LUNA. ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
-Andréz Martínez: «estoy en varios proyectos en paralelo, por lo general mi eje central, la columna vertebral de mi producción, siempre ha sido la pintura, pero desde la pintura siempre me he ido hacia otras disciplinas, como la instalación, experimentado mucho con fotografía y video, con dibujo expandido, y con varias otras cosas.
Mi formación principal ha sido con la pintura, y es en lo que continuamente estoy, es decir, puedo tener varios proyectos pero siempre en mi taller estoy haciendo alguna serie pictórica.
En este momento, por ejemplo, preparo una muestra para el 2022, que va a ser mi segunda muestra individual en Buenos Aires, y que va a contener pintura y un poco de mis investigaciones nuevas, algo de pintura expandida, o sea, llevando la pintura hacia la instalación, interviniendo también las paredes de la galería donde voy a mostrar, trascendiendo el bastidor… Esa sería la línea investigativa que estoy transitando desde el 2015 más o menos…»

-SOL Y LUNA. ¿Cómo transitaste este tiempo en el que nos vimos afectados por la pandemia?
-Andréz Martínez: «el año pasado acá estuvo bastante complicado y lo sigue estando aunque ahora está mucho más controlado…
Yo hice como un parate en la producción, venía transitando por muchos cambios, también tenía que dejar el taller donde estaba trabajando, y después justo cayó la pandemia, entonces como que me refugié en mi casa, me traje todas las cosas del taller… y a pesar de que el año pasado fue bastante difícil en varios aspectos, lo aproveché para ir «hacia adentro», revisar proyectos que tenía en el baúl, como quien dice, retomar cosas, dinamizar estrategias… todo lo que tiene que ver con el proceso. Así que el 2020 fue un año de introspección y de replanteo, creo que fue un año bisagra para muchos de los que estamos en el tema de las artes o de la creación…»
-SOL Y LUNA. Hace poco se cumplieron 20 años de la muestra «El Alfa y la Creación», nosotros nos hemos puesto en contacto con algunos de los artistas que participaron, con la idea de recordar una muestra que para muchos se transformó en un hecho cultural que marcó un quiebre. ¿Para vos qué significó esa exposición?
-Andréz Martínez: «a «El Alfa» lo recuerdo como un tiempo de mucha efervescencia creativa de todos los que participamos. Era un grupo que estaba en un promedio de edad de los 20 años, yo tenía 21, y todos estábamos en una etapa de profunda investigación, experimentación inicial, por lo tanto en un período muy efervescente, de muchas ganas, de muchas energías juntas, que contagiaron…
Ni que hablar que los catalizadores de esa muestra fueron Jorge Salvador y Graciela Rundie… Yo lo conocí a Jorge en Punta del Este, no me acuerdo si ese verano o un par de veranos antes de la muestra, a través de un amigo que teníamos en común, un artista llamado Washington Febles Ceriani, él nos lo presentó y quedamos en contacto, después coincidimos porque Jorge se fue para Salto, y ahí nos reencontramos.
Él era una persona muy inquieta, un artista, y sobre todo gestor, que siempre estaba sociabilizando en todas las muestras, yendo a los talleres de los artistas, un personaje cosmopolita, había vivido en España donde conoció artistas «grosos», y que bueno, recaló en Salto por esas cosas de la vida.
Lo que recuerdo que estaba súper bueno en esos momentos, eran las reuniones iniciales que teníamos previo a lo que terminó siendo «El alfa y la creación» y las cenas que organizaban Jorge y Graciela, en casa de Graciela, donde se desarrollaron las primeras tertulias artísticas. Ellos tenían un gran conocimiento de la historia del arte, de los movimientos artísticos, de las vanguardias, eran realmente unos apasionados, y a nosotros, que estábamos en plena búsqueda nos atrapó eso.
También recuerdo que eran personas muy cálidas, muy agradables, Jorge tenía un carisma muy particular, único, y ofició como curador en el sentido de que supo sacar de cada uno lo mejor, motivar a cada uno hacia lo que debía pintar, hacia lo que debía producir… Así que fue un trabajo bastante mancomunado, que se hizo entre todos, pero con ellos dos como catalizadores de las estrategias creativas, curatoriales y de difusión. Imagínense ese momento, sin internet, sin redes sociales, sin nada de lo que tenemos hoy que nos facilita la promoción… por ese entonces todo se hacía a pulmón, yendo y viniendo, llevando notas a los diarios… Entonces ellos fueron quienes le dieron forma a ese «rejunte» de artistas, nosotros éramos realmente muy jóvenes y muy inquietos, y la mayoría no nos conocíamos, habían algunos grupitos que se conocían, pero en mi caso por ejemplo no me conocía con ninguno prácticamente, pero bueno, ahí se dieron sinergias muy interesantes».

-SOL Y LUNA. Esa muestra dio pie a otras movidas posteriores
-Andréz Martínez: «sí, porque el Alfa fue en 2001, y ya al año siguiente algunos nos juntamos y nos auto gestionamos una muestra en el Mercado 18 de Julio, la que organizamos con Diego Santurio, Manuel Mariño, Juan Pablo Conte y Alejandro Baldassini. Entonces hicimos una exposición que para mí fue re interesante, -supongo que el año que viene irán a recordarla también- y que fue algo re fuerte también para ese momento.
Esa segunda muestra que hicimos fue por supuesto «hija» de «El Alfa y la creación», incluso aprovechando el impulso que habíamos logrado, ese mismo año, en el 2002, varios de nosotros quedamos seleccionados, también con Pablo Sánchez, para la primer muestra de difusión del arte joven del Uruguay que organizaba el Ministerio de Relaciones Exteriores, y viajamos a Montevideo.
Entonces fueron experiencias nuevas para nosotros que estábamos empezando a vivir en el terreno del arte, en un terreno que ninguno había experimentado todavía, y por lo tanto «El Alfa» fue un hito en ese sentido, porque nos abrió las puertas y nos enchufó la energía para dispararnos hacia lo que cada uno después terminó transitando como carrera artística. No todos terminaron desarrollando sus carreras como carreras artísticas propiamente dichas, pero varios aprovechamos ese impulso, que fue algo súper importante».

-SOL Y LUNA. Por ese entonces empezaba a funcionar el Centro Cultural del Hotel Concordia, en un lugar que desde siempre estuvo emparentado con la cultura salteña.
-Andréz Martínez: «sí, y Techa Maglio fue pieza fundamental para que la muestra «El Alfa y la Creación» se pudiera realizar, así como lo es hoy en día en el engranaje de las artes plásticas, de las artes en general y de la cultura de Salto. Ella fue la anfitriona de esta movida en el hotel Concordia, justamente cuando estaba armando el formato que le quería dar como Centro Cultural…
Ni que hablar que fue otra de las personas que nos dio una súper mano, brindando el espacio, el apoyo y el respaldo, que fue muy importante para nosotros.
De hecho precisamente fue la primer persona que me compró obra, la primer pintura que vendí, que fue un díptico en dos piezas, me la compró Techa, y creo que está ahí en el Centro Cultural, también le compró obra a varios de los que estaban exponiendo… Ella tiene una colección bastante importante, conoce a muchos artistas, se han organizado varias muestras en el Centro Cultural del Hotel Concordia… la verdad es que fue muy importante para el Alfa, una muestra que recuerdo con mucho cariño…»

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