Por Germán Milich Escanellas

Como me pasa cada año — desde hace 20 que me fui —, llega el carnaval y la irresistible magia del arte popular vuelve a atraparme, el famoso imán fraterno me atrae, me hechiza y me teletransporta a Uruguay, desde que se abre el telón hasta la noche de los fallos. La Murga, mi patria, mi religión, mi primer amor.
Mi patria, porque es en la Murga que nací y habito como artista, mi religión porque es a través de ella que busco generar la belleza necesaria para mejorar el mundo y mi primer amor porque fue, literalmente, lo que descubrí cuando la vi por primera vez: mi vocación.

La Flor del Fango
Hecho este fugaz preámbulo, vayamos a lo que importa, ella la Murga. Este año tengo un metejón con 3: La Bacacuasa en Salto, La Fulana en Paysandú y Gente Grande en Montevideo.
Y es en honor a ellas y a todas — porque todas las murgas son la misma murga — que escribo y continúo mi militancia por una política cultural que reconozca y valore esta milagrosa manifestación artístico-cultural que año tras año produce riqueza que es desperdiciada por los políticos de turno.
La Murga, flor que nace en el fango de la mediocridad de políticas públicas inexistentes y de administradores ineficientes y se convierte en el fruto de la altivez del pueblo que no acepta el gris destino sin matices que les asigna un proyecto de poder grosero, berreta y que se está cayendo. La Murga siempre es oposición, nunca poder.

Más allá del Carnaval
Precisamente este es el plan que pondremos en práctica con una barra de payasas y payasos soñadores para transformar esa realidad y circular por otra temporalidad, fuera de los límites del carnaval. Ya es hora de que entendamos que, le guste o no a determinadas personas, la Murga es ARTE ESCÉNICO, con muchos más puntos en común con la tragedia y la comedia griega que la mayoría de las obras de teatro.
Si Aristóteles estuviese en el carnaval de Salto, además de un choque de calor inimaginable para él, se divertiría con las Murgas y si fuese a ver una obra al Larrañaga indignadísimo afirmaría a los gritos: eso no es teatro.

La Murga Griega
Que tienen en común la Murga y la Tragedia/Comedia Griega:
-un elaborado repertorio escrito en verso (por eso la obra de Aristóteles que describe al teatro se llama «La Poética»);
-un coro que representa al pueblo (no es coincidencia que el teatro occidental y la democracia nacieran en el mismo lugar y en la misma época);
-un corifeo o director que representa la identidad, el individuo;
-un párodos o presentación para abrir el espectáculo;
-episodios o popurri que es donde el coro habla directo con el público;
-un personaje o cupletero que llega de afuera y dialoga con el coro;
-un éxodo o retirada nostálgica que promete volver.
Es por eso que en este carnaval, aprovechando la bondad de mis amigues de Sol y Luna, volveré, una vez más, como siempre vuelvo, porque sé que mi voz es tan solo una, pero no puede faltar en nuestro coro.

La performance murguera
Cantaré mi presentación de clarinada, criticaré en un desopilante popurrí a todos los políticos locales, haré mi payasada en el eterno cuplé del personaje que quiere cantar con la murga y, al final, me despediré emocionado, masticando rebeldía porque se acabó la farsa y la injusta realidad volverá a reinar en ese teatro sin gracia de trajes y corbatas.

Por eso los invito a acompañarnos en nuestro carnaval editorial para comentarles los espectáculos de La Bacacuasa (Rompan Todo), La Fulana (El Momento) y Gente Grande (Seguinos por Más Consejos). Hablaremos de eso, en los próximos capítulos, de la gran novedad que tenemos preparada: declaramos que a partir de hoy el carnaval ya no termina.

Llegamos al final de la presentación, la semana que viene tenemos el popurrí; ¡no se lo pierdan! Tiemblan todos los tiranos, cuando se planta una Murga sacudiendo ideologías, en su sincera ironía, en su respetuosa ofensa, viene a decir lo que piensa es La Inmensa Minoría. ¡Viva el Arte! ¡Salario digno para los Artistas!

fotos: Murga LA FULANA