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Noticias > En el Marco del Día Mundial del Teatro recordamos Charla sobre China Zorrilla y el Teatro Independiente en Salto.

(Octubre 2022). En el marco de las celebraciones por el Día del Patrimonio, en Auditorio del Museo Casa Quiroga, la Asociación de Amigos del Patrimonio Histórico de Salto organizó una Charla sobre China Zorrilla y el Teatro Independiente con participación de actores de teatro de Salto quienes compartieron anécdotas, vivencias y reflexiones. Previo a la charla, el grupo teatral «La Galera», presentó escenas de «Esperando a la Carroza» abriendo la actividad.

Además se presentó una investigación sobre China Zorrilla, a cargo de Eva Lima, integrante de la Asociación y docente de Literatura, que incluyó un recorrido por la vida y la trayectoria de la homenajeada, y que hizo foco en su relación con nuestra ciudad.

«De sus vínculos con Salto nos quedan viejas fotos de su representación de «Bodas de sangre» frente al monolito a García Lorca, una actuación en el escenario junto a la Sinfónica de Concordia cuando el Bicentenario de esta ciudad, en el 56, y los programas amarillentos pegados en el telón del teatro Larrañaga, con dos obras, «La patria en armas» del uruguayo León Bengoa y «El soldado de chocolate…» Eva Lima agregó que China Zorrilla fue muy amiga de la familia Amorim Haedo «pude leer una carta en la cual ella agradece los libros que Enrique le envío y añora esos lindos días que pasó…». Luego dio paso a la intervención de los integrantes de la mesa.

Los inicios
La charla tuvo como punto de partida la creación en 1947 del conjunto «Decir», que surge de los cursos de arte dramático que dictaba en el Liceo Nocturno, la profesora Nidia Arenas, y que más adelante se consolida como grupo independiente. Se mencionó además el surgimiento en la década del 50, del elenco «Pigmalión» dirigido en un principio por Leonardo Astiazarán y luego por Ethel Núñez.
Por esos tiempos tuvo también su destaque el «Grupo Maya», alcanzando la actividad teatral salteña su punto alto en los 60, con el Conjunto «Decir» dirigido por Nidia Arenas, el «Club de Teatro Salto» dirigido por Berta Silva, Elena Rodríguez Musmanno y Juan Carlos Pirotto, «Ciudad de Salto» dirigido por Arturo Fontalba y Berta Rodríguez; «Compañía Salteña de Comedias» dirigido por José Compte.
Víctor Silveira, vinculó la figura de China Zorrilla con Salto, consignando que la actriz viajó varias veces a esta ciudad «particularmente la primera vez que la vi fue en Magisterio, en el Instituto viejo, ella venía a hacer una obra que incluía tres monólogos de grandes autores norteamericanos.
Eso fue en octubre del 69, yo estaba en primero y el director del grupo de teatro de Magisterio le pidió si nos daba una charla, entonces tuve oportunidad de participar de un diálogo muy interesante, porque ella también hizo preguntas y contó algunas anécdotas.
Recuerdo que «China» nos contó que había viajado mucho, y que eligió se actriz por vocación, hay que tener en cuenta que por aquellos años -fines de los 30 principios de los 40-, en palabras de Diego Fischer, quién escribió «A mí me aplauden», la biografía de China Zorrilla, elegir ser actriz era tomado como sinónimo de prostituta».
Silveira aclaró que por esos años, también aquí en Salto, «cuando algún joven le contaba a sus padres que quería ser artista, era fuertemente reprendido».
«En esa visita de China Zorrilla Nidia Arena había tenido que viajar y no estaba en Salto, pero me había regalado un programa de una de las obras de China, entonces cuando terminó la clase le pedí que me lo firmara, ella me miró y me preguntó quién me lo había dado, le contesté que Nidia, y China la conocía, porque ella viajaba Montevideo, miraba mucho teatro, y a veces conseguía libretos para hacer acá, entonces me lo firmó, y además nos invitó a todos a que fuéramos al teatro, nos regaló entradas para todo el grupo», recuerda.
Silveira se reencontró en 1990 con China Zorrilla durante otra de sus visitas a Salto en la que volvió incluso a visitar el monumento en homenaje a Lorca, «ella me reconoció y me preguntó por Nidia», rememora quien llegó a hacerle una sesión de reiki a la actriz cuando ya estaba enferma.
Al grupo «Decir» Silveira entró «por casualidad» aunque interpreta que «es la vida quien nos elige y nos presenta la vocación», en ese momento compartió elenco con Marosa di Giorgio. «La base del teatro de Nidia la podemos analizar en base a una frase del escritor, dramaturgo y periodista salteño Carlos María Princivalle, que ella tomó e incluía en todos sus programas: «el arte del decir es la profesión misma, el propio arte del actor, puesto que se propone los tres objetos integrales de esa profesión y de ese arte: claridad, verdad y belleza».
Destacó que en 1955 la UNESCO, por intermedio del Instituto Nacional e Internacional del Teatro, otorgó a la profesora Nidia Arenas el premio Carlos Brussa en reconocimiento a la labor desarrollada en pro del teatro y la dirección del conjunto «Decir», que se fundó en el año 47 cuando casualmente se fundaba la Comedia Nacional.
«En 1972, al cumplirse 25 años de grupo, Nidia público una plaqueta titulada «Decir pasa lista» con los nombres de todos los actores, técnicos, iluminadores, sonidistas que formaron parte del grupo, y eso quedó como recuerdo. Silveira mencionó a Nidia di Giorgio, Margarita Piba Muñoa, Yiya Migliaro, Oscar Bibbó «con una carrera de más de 60 años de teatro», Elena Rodríguez Musmanno, Jorge Aguilar, Zully Granados, y Adalberto Piedrabuena, entre otros, así como también la figura de Juancho Martínez con quien entró al grupo «Decir», y cerró felicitando a la Asociación de Amigos del Patrimonio por la iniciativa de homenajear al teatro independiendo de Salto.

Después del impasse… el resurgir
Yanely de Vecchi destacó el trabajo realizado por Nidia Arenas y Cacho Astiazarán con su grupo Pigmalión, y mencionó que con la dictadura «se vivió un gran impasse en la actividad teatral».
«En el 83 yo regreso de Montevideo, venía a dejar Medicina y alguien me invitó a hacer teatro, ahí fui a un grupo que se estaba armado en la planta alta de la ASJ y estaba ensayando «La isla desierta», pero no había quien dirigiera, hasta que alguien sugirió a Margarita Piba Muñoa para que nos ordenara. El grupo incluía muchos jóvenes y adolescentes y la verdad es que teníamos muchas ganas de expresarnos y decir las cosas, así nació «El picadero», y Piba hizo un gran trabajo, recuerdo que nos decía «no se olviden que nadie es actor hasta que no ha barrido el escenario».
Tras mucho esfuerzo el grupo estrenó la obra «Parrillada», en el María Auxiliadora, con entradas agotadas «eso marcó el retomar el teatro independiente, fue como un homenaje a Nidia, a Cacho, a Pepe Compte… a mucha gente que trabajó por el teatro independiente de Salto. «Ya por los años 85/86, en democracia, la doctora Adela Reta nos envía a los profesores de la Comedia Nacional lo que entre otras cosas nos permitirá a muchos hacer una obra que se llama «Quiroga por Quiroga» con la que Óscar Bibbó inició su papel de Quiroga, y ya fuimos a muchos lugares como al Carlos Brussa en Montevideo, lo que para nosotros fue espectacular.
Después de eso como que cada uno de nosotros armó un pequeño grupo y el teatro empezó a resurgir y vinieron los talleres de teatro durante el gobierno de Fonticiella.

El teatro que se viene
Zully Valarino viajó a Montevideo en el 88, a los 17 años, «con la aspiración de hacer facultad de Arquitectura», y vivió 5 años en Ciudad Vieja con su pareja, Juan Pedro Paz, hijo del pintor Osvaldo Paz «allí vivían los Peralta, Lacy Duarte estaba en Brasil y sus hijos habían formado un grupo que se llamaba «Hurgadores» e iban por los barrios realizando intervenciones urbanas… Con mi pareja íbamos a clases con Beatriz Mazón en Teatro del Centro». En una de esas actividades de fin de semana conoce un grupo que resultó ser la primera escuela de teatro antropológico y callejero del país «eso nos abrió muchas puertas a nivel latinoamericano porque anduvimos por otros países llevando y trayendo experiencias porque ya se vislumbraba una dinámica diferente en el teatro, y se empezaba a trabajar buscando la autonomía del actor»
Zully vuelve a Salto cuando se avecinaba la crisis del 2002 «no sabía cómo empezar mi vida acá, mi esposo era mexicano y estaba mucho tiempo de viaje trabajado con las comunidades originarias de diferentes partes de Latinoamérica y en 2004 fallece en un accidente en la provincia de Santa Cruz, así que para mí fue un cambio sustancial en todos los sentidos».
Recordó que Salto se mostró muy reticente a ese tipo de expresión artística «después recuerdo que Óscar Bibbó vio una obra en la sala circular del hotel Concordia y tuvo la humildad y la grandeza de venir y decirme «me encantó lo que hiciste…» lo que me apareció un gesto hermoso.
«Por ese entonces se realiza el primer encuentro de Teatro Salteño con 7 grupos teatrales y fíjense el fenómeno que se da a nivel histórico y mundial que en plena época de conflictos, siempre resurge el teatro, el teatro se revela, entonces ahora, con la pandemia, yo creo que está resurgiendo el movimiento. Por eso quiero agradecer mucho a la gente de patrimonio por su interés de dar a conocer lo que está sucediendo.
Recordó que durante ese primer encuentro (2004) había mucha gente activa alrededor del teatro, «pero después, de golpe, empezó a disiparse». «En 2019 hubo otro encuentro de teatro, esta vez organizado por Udelar y a nivel regional, pero no se alcanzó a lo de 2004 «que fue algo maravilloso».
Consideró que estamos en un momento en el cual el teatro debería reinventarse «realizarse desde otro lugar». «Estamos entrando en una era donde la creatividad y las plataformas virtuales nos están acercando desde otro lugar, no tenemos que tener tanto miedo y empezar a convivir con esta información, honrar a los que vienen caminando delante nuestro, y permitirnos avanzar también a través de eso…», consideró.
Cerrando la actividad se recordó que Víctor Lima también hizo teatro, y desde el público se mencionó también al Mtro. Hugo Rolón, recientemente fallecido.
Eva Lima tuvo palabras de reconocimiento para las personas que formaron parte de la mesa «yo que viví tanto tiempo en Argentina puedo decir dos cosas fundamentales, en primer lugar la valentía de los directores y los actores del Uruguay, que fueron capaces de seguir trabajando en época de dictadura. El teatro independiente uruguayo siguió trabajando, el argentino no. Y después, otra capacidad tremenda que tiene el teatro y el artista uruguayo, es que tiene una función continua de formar y educar, y eso no lo tienen todos los teatros del mundo, así que felicitaciones…»

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